7.04.2007

Medusas y tortugas bobas

Me quito las sandalias en la arena. Cuando por fin encuentro sitio frente al mar tiendo una toalla, en eso se abalanza un vendedor ambulante ataviado con tiras repletas de pegatinas: tatuaje, ¿quiere tatuaje? Yo le digo que no, pero que hay mucha gente y de seguro los venderá todos. Toda esta gente (me contesta), está esperando que coman unas tortugas bobas que han soltado al mar para que acaben con la plaga de medusas.

Yo había mirado a las cazadoras flotando lentamente en un video del telediario, en busca de sus transparentes presas. Y es que los bañistas se quejaban de que las medusas habían tomado el Mediterráneo, y si alguno se hacía el valiente y entraba al mar, salía en brazos de rescatistas con el cuerpo hecho una braza por las picaduras.

Así que el agua está sola. Los bañistas han optado por tumbarse semidesnudos en la arena a esperar que salgan las tortugas. El sol recrea la longitud del día en la piel de los vacacionistas y los vendedores ambulantes, con una gran sonrisa, han puesto sus tendidos a lo largo del Paseo Marítimo.

Todos los ambulantes sostienen un hilo, este es un mecanismo que ellos se han inventado: cuando llega la poli tiran del hilo y la manta blanca, que hace las veces de boutique, se convierte en un bulto relleno de bolsos piratas y demás accesorios.

Triste, me doy cuenta por sus miradas que ha llegado la poli, los vendedores se echan a correr haciendo volar la manta blanca, que ahora es más bien un globo obeso. Los ambulantes corren sin parar, sin voltear atrás. La gente les sede el paso chiflando, haciendo payasadas y gritando: ¡corran corran! (entre otras frases, algunas con tono gacho, otras apoyando).

Los ambulantes han convertido el Paseo Marítimo en una pista de carreras que me recuerdas a las Olimpiadas, aventajando por mucho a los policías, con sus piernas negras y largas y la mirada echada al mar, talvez devolviendo el aliento a su tierra en el sueño de una patera. Los corredores desaparecen en la profundidad del asfalto.

Esta tarde las tortugas bobas meriendan medusas y los mossos d´esquadra (así se llaman aquí los policías) tiran al suelo sus gorritos a la vez que intentan recuperar el aliento. Los bañistas ni se inmutan, delirantes ya por la deshidratación. Esta tarde me invade la euforia por el triunfo de los ambulantes entretanto el blando cuerpo del mar se desvanece en la boca de las tortugas. Algunas medusas con algo de suerte escaparan.

3 comentarios:

overcast dijo...

pantera dormida en la risa de la playa. esos africanos corriendo, escapando de los mosos de escuadra, nunca serán atrapados. vivan los moluscos y las tortugas que surfean el tiempo.

venecia lopez dijo...

Vivan!

mar adentro dijo...

Disfruta del sol, porque las medusas escapan de las tortugas, los vendedores escapan de la policía y nosotros intentamos escapar de...no sé bien de qué...siempre queremos escapar de algo.

Saludos.

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

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