8.12.2007

La música me hace rodar
como animal en sábanas
con aliento de vino
a las dos de la mañana
sobre la mirada marrón
mientras los dormidos cantan como grillos
yo busco un arrullo de nicotina
bocanadas con la forma de tus ojeras
ojeras con el hueco de tu voz
besos.

A dónde mover los ojos
después de taladrar el techo con las pupilas.
A dónde mirar con los ojos que ya no buscan
la ciudad filtrada entre tus cabellos.

El aire cúbico
el aire con forma de edificio me penetra el corazón,
la ciudad es un molde para mi cuerpo,
para este vuelo congelado
hacia ti.

Qué tarde me dará un poco de tu claridad,
de la maraña de humo
de tu voz.

Ahora soy yo la que no deja dormir
la que levanta a la gente en la mañana para charlar,
contar los sueños,
o no hacer nada.

Invento desayunos a cambio de un despertar
entiendo los despertares que buscabas,
recuerdo el sueño invencible en medio de tu voz
amanecida.

Yo hago un café instantáneo
un segundo de amor,
sólo eso,
tú fuiste veinticuatro
y te alejaste con rostro de anciana buena
con misterio,
con los ojos abiertos
y las ganas.
Yo no sé,
a veces me parto por nada
me doy de topes
me hago un nudo.

Soy torpe
y también me entran ganas de escabullirme
de llegar al silencio
de tocar el silencio
pero llevo una vibración ingenua:
unas ganas de arrancar cortinas
y asir con mis manos las cosas más simples.

Te recuerdo dibujando sobre las rutinas con el índice,
tocando a penas con la punta del dedo esas canciones
y cayendo, siempre cayendo,
como ahora
yo de madrugada,
a ti.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

este desvelo también tan mío.

overcast dijo...

polilla. extrañamos y viajamos contigo. esos ojos enormes, como mundo, inagurando todo.
intenso poema chula.
besos.

Alfonso López Corral dijo...

Qué hermoso.

c0ro dijo...

Hola!
Felicitaciones... Muy acotado, directo pero sutil. =)
Saludos

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

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