9.24.2007

camino sobre la palabra septiembre
que es un árbol caído en realidad
las hojas aún suenan agitadas por el viento
escucho leve la interferencia de una radio
en la bocina del teléfono
el cantante está disperso en la bruma
de otro lugar que no es mi oído
ahora no hay mejor cuerpo que ese que pasa
por la ventana de la cabina
y se borra para siempre en la suciedad del acrílico
sumergido en nombres, fechas y recados indelebles
para qué llamar
camino sobre el árbol que es septiembre
y mi mundo se recuesta
la ciudad se recuesta
y yo la siento primitiva
latir en los juegos de los niños
quisiera arroparlos y dejarlos pequeños sobre la calle
respirar el sueño de la tormenta
tumbar a ese ciclista por ejemplo
y detener el día que gira en la rueda
de la bicicleta que caerá
a dos metros de su cuerpo

9.19.2007

primer entrega para la felicidad


La lejanía es lo que me permite ver la disolución de la figura en la atmósfera, ahí están las imágenes de la ciudad que me gusta pintar, pero me queda la necesidad de acercarme y encontrarme en el reflejo de otro rostro. Por eso he tomado la cámara de video preguntando en la calle por un instante. Excusa para bucear en el gesto y conocer un poco de la memoria que transita. Aquí estaré subiendo las distintas intervenciones de los viandantes que me han narrado una breve evocación, algunos, hasta un momento de felicidad. Va.

9.08.2007

De aquí para adelante perdió la razón
y entonces sintió pedazos propios
alud tras alud precipitándose vertiginosamente hacia el infinito
pero envueltos en la serenidad que da el saber
que la realidad resultó ser el nivel más adulterado
de la verdad
y vio que la ciudad era una cloaca que nunca estaba
satisfecha
cerró los ojos sintió un pequeño punto en la oscuridad
de su mente
y miró que todo fluía hacia algún lado
no importa cuál se perdía y se perdía y se le fue el nombre
se le fue la memoria como una estopa desgastada
y en ese momento el punto era cada vez más luminoso
cada vez más sol abarcando la ceguez de los ojos
y las tinieblas eran destruídas como telarañas
por esa fuerza por esas llamas que emana el cuerpo
cuando está sin códigos de preguntas y respuestas
sin el triste letrero de zoológico en la sonrisa
sólo el claro devenir de la vida como un maremoto y uno
una astilla en esas potentes aguas

(Ricardo Castillo)

9.02.2007

No dejo de pensar en un pájaro dándose de topes contra los barrotes de una jaula. Pienso en una tumba para mi mano. Me canso. No pinto. Sólo leo y escribo sobre ideas que alguien especuló y otro repitió. Me duelen los ojos. En el piso de enfrente escuchan flamenco en la radio y un niño no para de decir hola a todo el que pasa. Yo cierro los párpados, ahora la música es árabe, el agua embotellada tiembla en la mesa mientras escribo. El pájaro que se daba de topes canta, reposa, se hincha, explota. Mi mano se desanima de morir. Entera soy mis dedos recostados en la cama. El silencio es el único aprendizaje que ahora importa. Tirar todo y salir. Andar despacio la ciudad.

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

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