No sé, quizá deba aceptar mi saliva como una lágrima del silencio, sobre todo ahora, que el agua suena bajando de los pisos de arriba, haciendo talvez un edificio de agua encima del edificio en que habito.
Se puede ser extranjero de la cultura, pero de la violencia jamás, esa la sientes, es de todos, la rabia de los chicos contra los inmigrantes de Alarcón, el tipo pateando el auricular de la cabina de al lado mientras yo hablaba a casa (ese país cálido con una cama y voz de madre). La violencia está en la mirada, en la desconfianza, en mirar los ojos para protegerse, no para entrar, no para conocer. Mirar con un temblor de lejanía.
Pero bueno, pensaré mejor en la diversidad, el color, la arquitectura, la cultura, el arte, el paisaje, la gente amable. Pensaré en lo que me ha traído acá, en lo que me ha hecho venir.
Crear cosas fuera de mí que vengan de la profundidad. Caminar a solas, andar en tren, escuchar los latidos de mi corazón aunque este se halla quedado en una península de mi tierra. Pero está acá ese músculo ingrávido, flotante, como un riñón de amor.
Notar al amor con la claridad que le da la distancia. Mirar. Sentir la personalidad de las ciudades, notar el agua, la caída del agua, saber de los tamaños del hombre frente a los autos, frente a los edificios, como uno es pequeño frente a las tiendas Ferragamo, como uno es grande frente al vidrio nublado de la cabina telefónica.
Saber de la locura, ver las cosas donde están, ver el fantasma de las cosas, no hablar, notar que no dejamos de hablar, nunca.
Mirar al hombre y la mujer de mi ciudad, de mi pequeño rincón, de mi casa, mirar al hombre y la mujer del mundo,
saber que no quiero morir,
notar como cada calle tiene una atmósfera propia, es un orden, los papeles vuelan llenos de silencio, la gente es un murmullo del tiempo, del reloj, de la contaminación.
Cada calle tiene su propia muerte y su propia esperanza.
Uno es la ciudad.
Yo soy la ciudad que habito. Si me veo un cuchillo esta tarde me atracan. Si me veo el amor esta tarde la ciudad me hace feliz. Afuera paranoias.
Notar. Ahora estas grafías las uso de anteojos.
Barcelona, 27 de enero del 2007.
Never work with children they’re animals.
Hace 6 días.