Extrañaba recostarme y mirar la cortina blanca, que no es más que una tela ligera con dibujos de flores, de esas que usan las chicas sobre el bañador cuando van a la playa. La tela con el viento de marzo se mueve como un pulmón que respira apacible. Extrañaba verla y saber que mi madre está en el otro cuarto y pensar entonces en su cuerpo dormido como una casa que vive.
2 comentarios:
bello
Eso.
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