5.23.2008

amo a philip

Philip Guston. Anxiety, 1975. Oil on canvas. 57 1/2 by 80 1/4 inches (146.1 x 203.8 cm)

En 1966, a los cincuenta y tres años, a Guston le dedicaron en el Museo Judío de Nueva York una de esas exposiciones retrospectivas que tienen algo de canonización en vida, y que pueden ser tan letales como los honores oficiales hispánicos que le permiten a un escritor embalsamarse cada vez más hinchado en el licor oleoso y cabezón de su vanidad. A Guston aquel anticipo de la gloria le provocó el efecto contrario: cada vez se fiaba menos de lo que había estado haciendo hasta entonces; sentía la necesidad de limpiar la mesa de un manotazo; de olvidar lo que sabía; de quedarse a solas con los ojos muy abiertos delante de una hoja en blanco y de los objetos que rodeaban su vida y que durante muchos años no había querido pintar ni dibujar. Lo que quería ahora, dijo, era mirar como un hombre de las cavernas que por primera vez en el mundo dibuja un animal. Sobre una hoja de papel dibujaba con un solo trazo de tinta una línea curvada y diagonal que eran una ola rompiendo; una sola incisión de lápiz, casi en el centro de la hoja, en la parte superior, creaba en torno suyo la emoción del espacio, como un pequeño guijarro arrojado al agua. Qué ocurriría, escribió, si lo eliminaba todo excepto el sentimiento crudo y el pincel y la tinta, los medios más simples.


(Antonio Muñoz Molina. El dibujante renegado. Publicado en Babelia el sábado pasado. aquí.)

2 comentarios:

overcast dijo...

eitt. lo leí. muy bueno. un beso bámbole. con todo.

venecia lopez dijo...

va, un beso para llevar.

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

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