11.04.2008

Álter Ego, la chica adulterada de Abril Garcia

Abril García. En la mira. 2008.

Y vio que la realidad resultó ser el estado más adulterado de la verdad.
Ricardo Castillo


Con la carne transparente y los ojos vacíos, lacónica, grácil, cual personaje de historieta sobre colores estridentes, Abril García nos muestra en Alter Ego otras versiones de sí misma.

El dominio en las técnicas de ilustración, la actitud lúdica y relajada de sus personajes –que son ella misma-, los intensos colores utilizados como planos y el trazo en la silueta, son elementos que remiten al diseño, y claro, al arte pop, inspirado en todos aquellos objetos de consumo masivo y comercial.

Sin embargo, Abril no reproduce los rostros de personajes de cine, ni etiquetas de populares productos comerciales, sino que se toma a sí misma y se muestra transmutada por el efecto que deja en ella la realidad contemporánea.

Entonces, se puede percibir que la pintora no reutiliza la estética pop en su obra sino que transita por ella. Abril se interna, con un dejo sarcástico y existencialista, en eso que consumimos como realidad -asediada por la publicidad, trastocada por los medios de comunicación, velada por la política, reproducida a la máxima potencia en el Youtube- y saca en claro una versión de sí misma “contaminada” por el entorno y el consumo.

Así es como emerge ante nosotros esa chica de enormes gafas, peinado exótico y camiseta que la reclama póser, alimentando en el espectador la sensación de falsedad, que con ironía la pintora señala en el mundo al hacerse señalar a sí misma por esa mano que usurpa el espacio del cuadro (En la mira, 2008).

Y qué queda del ímpetu, de la contemplación, qué hay de la sonrisa, de la rabia, qué queda del tedio de un martes por la tarde. Estos son algunos de los temas que Abril explora en su obra. Allí, donde se representa a sí misma asemejando cada vez más un personaje de comic, de videojuego, de cartel, es también un personaje sumergido en la subjetividad de la emoción. De esta manera la pintora se muestra desnuda ante el espectador, traduciendo su cuerpo al lenguaje visual que la sociedad de consumo deseamos ver.

Así, Abril García, introduce toda su humanidad en el espacio físico de la cosificación (Cosificada, 2008), exhibiendo lo bello y lo terrible del ser, inevitablemente adulterado por la realidad contemporánea.


Del 23 de octubre al 12 de diciembre
Sala de Arte del Instituto Sonorense de Cultura Obregón No. 58, entre Yañez y Garmendia Colonia Centro.
Hermosillo, México.

!Vientos, Abril!

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