3.23.2013

carta abierta a un circuito cerrado

Quien trabaja con la invención y la creatividad elude los caminos concretos y  busca los caminos orgánicos, caminos en los que esté implícita la aventura hacia lo desconocido. Que cansado sería que a los creadores les correspondiera pasarse la vida determinando lo que es arte y lo que no es arte. Este es un debate interesante quizá como ejercicio para el desarrollo del propio criterio, pero la mayoría de las veces es una discusión (trasnochada, circular, determinista, arbitraria, segmentaria, descalificativa) que poca reelevancia tiene para el que verdaderamente produce obras con trascendencia.
Lo que consumimos o rechazamos poco le importan al mercado o la institución que son los que a fin de cuentas determina (nos guste o no) a que pieza le confiere el título oficial de arte, obedeciendo a criterios que poco tienen que ver con la producción artística o con cuanto hayamos idealizado de esta profesión.
No pasemos tragos amargos porque a una pieza que nos desagrada le otorguen este título, mejor sería investigar la pieza, preguntarnos por qué se considera arte, por qué no nos gusta. No bloqueemos esa vía de conocimiento. Permitámonos la reelectura.
Produzcamos desde una postura honesta, que en este pueblito una producción congruente y consistente es lo que falta. Volteemos al entorno, volteemos hacía nosotros mismos. Hagamos lo que realmente nos interesa, investiguemos, divirtámonos, emprendamos la búsqueda y liberémonos de prejuicios de una vez por todas.

Ed Fairburn. Tinta sobre un viejo mapa de Cambridge.

No hay comentarios.:

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

archivo