2.28.2008

reseña

Autorretrato con plato de sopa, 2007. Óleo y óxido sobre lámina. 50x150cm. Colección particular.
Recorrido sobre Polvo, exposición de Venecia López[1]

Por Iván Ballesteros Rojo

Enero 2008

Hay una ligera llovizna en Álamos que disipa el horizonte. Nubes bajas borran los cerros. En uno de esos cerros tachados por la bruma está ubicada la Casa de la Cultura del pueblo, lugar donde se ha montado la exposición Polvo de la pintora Venecia López (1980).

Lúcida para captar ambientes de la cotidianidad extrema y otorgarles hálitos fantásticos, Polvo, su más reciente exposición, es a la vez un himno a Hermosillo (ciudad árida, atestada de perros y transeúntes sobre calles que se levantan en tolvaneras ¿será el polvo el sueño de esas calles?) y una búsqueda por retratar los mecanismos del vacío.

Los personajes de Venecia atraviesan membranas, películas de tierra y aire que manchan la luz del sol o desvanecen la lejanía. Esperando autobús, rumbo a casa cargados por el peso de los días, idos entre la gente que ocupa los espacios de la ciudad, Los viandantes de Polvo se nos presentan fantasmales, velados, como si fueran una visión desde otro mundo.

Sobre cables de luz hay siluetas de pájaros que aguardan las migajas que arrojen comensales de hot dogs. Señoras esperando resignadas (Ya qué), con pies que vuelan al amanecer, la sucesión de las cosas. Los perros que son una caricia al espectador. Autorretrato con plato de sopa: tríptico donde la pintora, desvanecida entre el oxido del metal, mira al espectador como diciendo: ¡Mmh, está rico! A veces un cielo, un hombre que observa alto y entrega amarras ante la belleza disponible en la nada.

En tu rostro mañana es el abuelo arqueado que pasa por las calles y junta botes o ropa. El abuelo al que miramos como si ya no estuviera. La vibración de ese cuadro se parece a la vibración que hay en el pensamiento cuando se hecha un vistazo dentro, en la memoria del mañana, y la imagen captada es el propio cuerpo entrado en años y olvido.

Hay también lugares secretos que visita el polvo: Tendederos de patios anónimos donde se escurren Las horas.

Venecia López es una pintora madura a pesar de su juventud. Picasso sentenció que el pintor menos dotado es aquel que no sabe dibujar la forma humana. La pintora sonorense va entonces, según el genio ibérico, por muy buen camino. Después de la saudade e imaginería lírica presentada en exposiciones previas como: Qué cosa es un alacrán (2005) y Flores para Magdala (2005), la Vene apuesta, ahora entre el polvo, por acuñar la instantánea del diario, su color escurridizo. Dueña de una técnica que funciona como pieza de relojería, atrapa en el trazo el misterio constante de la vida, haciendo de ese misterio inagotable una imagen poética, más allá del tiempo.

Plaga serena, 2007. Acrílico sobre tela. 60x160cm. Colección particular.

Tu rostro mañana, 2007. Óleo sobre lámina. 90x100cm. 5,000.00

Ya qué, 2007. Óleo y óxido sobre lámina. 100x90cm. Colección particular.
A veces un cielo, 2007. Óleo y óxido sobre lámina. 90x100cm. 5,000.00.
El peso de los días, 2007. Acrílico sobre lino. 110x70cm. 4,000.00
Ido entre la gente, 2007. Pigmentos a la cera fría sobre tela. Colección particular.
Tendedero, 2007. Cianotipia y pigmentos a la cera fría sobre tela. 80x60cm. A la suerte.
Los píes vuelan al amanecer, 2007. Cianotipia, resina alquídica y cera sobre tela. Colección particular.
Los perros, 2007. Acrílico sobre tela. 100x100cm. 5,000.00
Hálito, 2007. Óleo sobre lámina. 90x100cm. 6,000.00 (seleccionado en la bienal del noroeste)


[1] En el marco del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2008, en Álamos, Sonora.

2.06.2008

Exordio

POESÍA, desembárcame,
échame a tierra y léñame;
como a candil de sangre, enciéndeme,
que se sepa Tu Voz.

POESÍA, horádame,
ancla en mí, balsamízame,
sumérgeme en la luz líquda y lenta
de este trago de vino;
rescátame, tremólame,
tengo hambre de tu lanza en mi costado.

La Transfiguración, POESÍA.

Inúndame,
haz de mis huesos el temblor;
no tardes, tempestad,
golpea,
abre compuertas sin descanso al vértigo,
amor de mi niñez, POESÍA,
debemos dar el canto,
es preciso, POESÍA,
pertúrbame, combáteme,
mira mi corazón, préndele fuego,
deste derrumbe amante amasa el trino,
no hay tiempo que perder,
el sitio es este, el corazón, oh, sed;
desuéllame, POESÍA,
asesta el golpe que debe abrir el surtidor,
quebrántame;
y en esta carne admonitoria,
carne de dar, devuélveme el niño aquel,
el niño aquel escarnecido y dulce
que lamía tus manos.
Oh, POESÍA, condúceme,
procede,
de donde estes, ordena,
y ponme a caminar.

(Abigael Bohórquez)

polvo

Estas fotos son de mi última exposición, fue en Álamos, en la casa de la cultura, durante el Festival Ortíz Tirado.






Esta serie parte de la búsqueda de contenidos poéticos en las imágenes cotidianas. En estos cuadros los objetos, la naturaleza y la ciudad se ven envueltos en un efecto de evanescencia que evoca lo perecedero del instante.

El ocaso, la luz filtrada entre los árboles, la densa iluminación que se cuela por la ventana los percibimos gracias al efecto de reflexión de la luz en las partículas de polvo y otros agentes atmosféricos que abundan en el aire.

He crecido mirando en mi entorno imágenes de personas desvaneciéndose a la distancia, la ciudad borrada por el atardecer, los rostros difusos por el calor y la tierra, esto me ha animado a buscar la poética en el polvo, como viajero del aire, como agente del tiempo que nos revela y nos oculta, como portador de la luz que nos borra la cara y la ciudad convirtiéndonos en parte de la fiesta visual de la naturaleza contemplándose a si misma.

Así, he encontrado en la estructura del aire un mapa del tiempo y en la realidad, movimiento. En estos cuadros que presento las figuras se revelan y se ocultan en el espacio, para ello me he servido de las propiedades plásticas de la veladura y lo matérico, de los efectos del óleo, la cera, la resina alquídica, la fotografía, así como de los distintos tipos de soportes pictóricos.

También, para satisfacer la necesidad de profundizar en el entramado de historias que transitan la calle, presento en esta exposición un video con intervenciones de viandantes que narran un breve episodio de su memoria.
De esta manera, mientras en los cuadros se desvanecen las formas hasta quedar quizá como una costra en el aire, el video nos ofrece una mirada a la partícula que contiene el reflejo de nuestra identidad.

2.03.2008



Supongo que la creatividad consiste en aprovechar intuitivamente los errores en tu beneficio, utilizar lo que está en los márgenes, el ruido, el residuo, como quien afirmase que ha aprendido a leer valiéndose de la mayor biblioteca del mundo: los contenedores de basura, que albergan millones de textos en los envases vacíos. Las obras importantes se han hecho a través de las anomalías, si entendemos por ello las mutaciones aberrantes producidas en una disciplina. Esa anomalía es el error que solemos desechar, la tara, el resto; un extrarradio. Es ahí donde suele hallarse el ADN de lo que damos en llamar artes.

(Agustín Fernández Mallo)
tomado de Babelia.

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares