5.20.2013


“Los hombres no pueden ver a su alrededor más que su rostro; todo les habla de si mismos”
Karl Marx 

5.18.2013

Ay maldita sea, me gustaría estar muerta

-absolutamente no existente-

ausente de aquí -de todas partes-

pero cómo lo haría

Siempre hay puentes

el puente de Brooklyn

Pero me encanta ese

puente (todo se ve hermoso desde su altura

y el aire es tan limpio) al caminar parece

tranquilo a pesar de tantísimos

coches que van como locos por la parte de abajo.

Así que tendrá que ser algún otro puente

uno feo y sin visitas

salvo que me gustan en especial todos lo puentes

tienen algo…

y además nunca he visto un puente feo.
Marilyn Monroe



Es como si todo esto le pasase al de al lado. Yo estoy cerca y puedo notarlo y oírlo, pero, en realidad, no me sucede a mí.




Marilyn Monroe


El dolor de su añoranza cuando mira

a otra

como una frustación desde el día

en que nació

y yo con mi despiadado dolor

y su dolor por la añoranza

cuando mira y ama a otra

como una frustación del día

en que nació

tenemos que sobrellevarlo

me muevo tristemente porque no siento alegría alguna.

Marilyn Monroe



¡¡¡Sola!!!

Estoy sola -siempre estoy sola-

sea como sea

No hay nada que temer

salvo el propio miedo.



Marilyn Monroe

5.06.2013

"The subject matter is autobiographical, it's all to do with hope and memory and sensuality and involvement, really."

Lucian Freud

5.05.2013

Cierra los ojos, imagina un camino ¿cómo es?

 -Ahí viene una ola -dijo Sybil nerviosa.
-La ignoraremos. La mataremos con la indiferencia -dijo el joven-, como dos engreídos. -Tomó los tobillos de Sybil con ambas manos y empujó para adelante y para abajo. El flotador levantó la proa por encima de la ola. El agua empapó los cabellos rubios de Sybil, pero sus gritos eran de puro placer.
Cuando el flotador estuvo nuevamente en posición horizontal, se apartó de los ojos un mechón de pelo pegado, húmedo, y comentó: -Acabo de ver uno.
-¿Un qué, mi amor?
 J. D. Salinger. 

el sastrecillo ♥


"Los hombres están ocupados, para ellos el amor es secundario".

nuevas letras para viejas canciones


New lyrics for old songs es como un sueño que tuve una vez en el que iba caminando sobre gelatina, se sentía bien, pero luego me di cuenta que estaba atrapada en ese mundo absurdo y blando y me angustié. Después noté que ese lugar era ninguna parte y sentí calma, entonces desperté y me angustié otra vez. Este blog es así, cada página aloja un enunciado perfecto que se re-contextualiza siempre con una nueva imagen, logrando la ironía, el juego, la irreverencia, combinación que te lleva al mismo lugar que el texto y la imagen anterior, siempre de regreso a ninguna parte.

4.20.2013

Fernanda Ramos, Partículas.

una línea

No tengo visión periférica
ni sentido común
cada vez menos habilidad verbal
he perdido tolerancia
e invariablemente cada mañana varios de mis cabellos
se suman a una telaraña capilar que bloquea el desagüe.
Estoy frente al espejo
cada día más despojada
voy quedando como un punto desnudo y sin pelo
a la deriva.


............................................................................................
(la trayectoria de un punto)


Cada día dejo la huella de un punto en el trabajo
la huella de un punto en la cocina
una marca táctil en la puerta que abrí
el labial rojo en la taza de café.
Creí que elegía una dirección 
y que iba dibujando una trayectoria frágil y elástica
que si la viera de lejos sería como un cuadro de Pollock
o como las marcas que dejan las bailarinas sobre el hielo
o como la línea punteada que marca el vuelo de las abejas en caricaturas.
Pero sólo me estaba desplazando hacia adelante.
Pasan unos segundos
leo lo que he escrito
y noto como avanzo esa distancia exacta y puntual,
ahora soy más perecedera,
y si percibo el sonido del viento que mueve el árbol tras mi ventana
doy otro paso
como peón en un juego de ajedrés
sólo hacia adelante.







"Para mí un objeto es algo que vive. Estos cigarrillos o fósforos de esta caja contienen un secreto de la vida mucho más intenso que la de ciertos seres humanos." Joan Miró



Anne Brégeaut 
Bout de ciel / Piece of heaven, 2005

4.16.2013


Miro un cursor que titila en la pantalla
sólo eso.
Afuera un árbol tiembla por el viento.

Deberíamos ir lejos. Sí lo sé, es un cliché.
Deberíamos irnos.
Deberíamos caer al mismo precipicio.
Tomar el mismo vuelo
o enlistarnos en un grupo terrorista al mismo tiempo.
Estar en Rusia a la hora del meteorito.
Aunque sea deberíamos soñar a la vez.
Ir por una cerveza, tener sexo,
perder las llaves del cuarto de un hotel,
olvidar las maletas.
Voltear atrás deprisa para que nuestro último recuerdo de aquello sea borroso
como se ve la ciudad cuando corres porque estás a punto de perder
(un tren).





4.05.2013

la tierra toda


Si yo pudiera morder la tierra toda
y sentirle el sabor sería más feliz por un momento…
Pero no siempre quiero ser feliz
es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural…
No todo es días de sol
y la lluvia cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
Naturalmente como quien no se extraña
con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas…
Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la
infelicidad.
Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
y cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere y que el poniente
es bello y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.
Fernando Pessoa

4.01.2013

Jen y Angelo





"For the last few months of Jennifer's life, before going to bed, we would ask each other what the worst and best of the day was. We would save the best for last so we could fall asleep happy.
So the day when we found out that Jen's liver was failing and she only had a few days to live we came home from the hospital and spent the evening with family and close friends. I noticed that Jen was very calm.
Later that evening, after everyone had left, Jen and I were laying in bed. I asked Jen what she loved the most about that day. Jen thought for a moment then looked deeper into my eyes than ever before...she said, "I Loved it all." This is what I want people to know about Jennifer." Angelo Merendino.

3.27.2013

libro vacío

"El artista es un ser distinto, vulnerable, asombrado, trémulo, herido de nacimiento y por vida, difícilmente incorporable a la realidad diaria. Claro que existe el que de esa realidad extrae sus mejores elementos. Pero el notarla tanto como para poder manejarla y convertirla en obra de arte, es la mejor demostración de que no ha podido incorporarse a ella, de que no ha sido devorado por ella. La describe con tal verdad que es como si le arrancara un trozo. Lo que tiene de distinto es lo que sólo el gran artista logra: que esa realidad la conocemos de siempre y, no obstante, la notamos  por primera vez."
fragmento de El libro vacío de Josefina Vicens 

Miro por mi ventana

ciento cincuenta y un cosas.

siguiendo los pasos de José García

"Un hombre puede morirse de sed a la orilla de un cuerpo".
Josefina Vicens
Me levantaré de este sofá hasta haberme llenado de vacío.


3.23.2013

Alicia

Alice Pleasance Liddel  fotografiada por Lewis Carroll
I'll be your mirror.
"dibujar para no matar".

carta abierta a un circuito cerrado

Quien trabaja con la invención y la creatividad elude los caminos concretos y  busca los caminos orgánicos, caminos en los que esté implícita la aventura hacia lo desconocido. Que cansado sería que a los creadores les correspondiera pasarse la vida determinando lo que es arte y lo que no es arte. Este es un debate interesante quizá como ejercicio para el desarrollo del propio criterio, pero la mayoría de las veces es una discusión (trasnochada, circular, determinista, arbitraria, segmentaria, descalificativa) que poca reelevancia tiene para el que verdaderamente produce obras con trascendencia.
Lo que consumimos o rechazamos poco le importan al mercado o la institución que son los que a fin de cuentas determina (nos guste o no) a que pieza le confiere el título oficial de arte, obedeciendo a criterios que poco tienen que ver con la producción artística o con cuanto hayamos idealizado de esta profesión.
No pasemos tragos amargos porque a una pieza que nos desagrada le otorguen este título, mejor sería investigar la pieza, preguntarnos por qué se considera arte, por qué no nos gusta. No bloqueemos esa vía de conocimiento. Permitámonos la reelectura.
Produzcamos desde una postura honesta, que en este pueblito una producción congruente y consistente es lo que falta. Volteemos al entorno, volteemos hacía nosotros mismos. Hagamos lo que realmente nos interesa, investiguemos, divirtámonos, emprendamos la búsqueda y liberémonos de prejuicios de una vez por todas.

Ed Fairburn. Tinta sobre un viejo mapa de Cambridge.

3.20.2013

En lo que creo

Creo en el poder de la imaginación para rediseñar el mundo, para liberar la verdad que vive dentro nuestro, para contener la noche, para trascender a la muerte, para encantar a las autopistas, para congraciar a los pájaros, para ganarnos la confianza de los locos.

Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de un balneario desierto, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados.

Creo en las pasarelas olvidadas de Wake Island, que apuntan al Pacífico de nuestras imaginaciones.

Creo en la misteriosa belleza de Margaret Thatcher, en el arco de sus fosas nasales y el brillo de su labio inferior; en la melancolía de los conscriptos argentinos heridos, en las sonrisas hechizadas del personal de las estaciones de servicio; en mi sueño sobre Margaret Thatcher siendo acariciada por ese joven soldado argentino en un motel olvidado, observados por un empleado de estación de servicio tuberculoso.

Creo en la belleza de todas las mujeres, en la perfidia de sus imaginaciones, tan cercana a mi corazón; en la unión de sus cuerpos desencantados con las encantadas cintas de las cajas de supermercado; en su cálida tolerancia a mis perversiones. Creo en la muerte del mañana, en un tiempo exhausto, en nuestra búsqueda de un nuevo tiempo en las sonrisas de las azafatas y los ojos cansados de controladores aéreos en aeropuertos fuera de temporada.

Creo en los órganos genitales de los grandes hombres y las grandes mujeres, en las posturas corporales de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Lady Di, en los dulces hedores que emanan de sus labios cuando se ponen frente a las cámaras de todo el mundo.

Creo en la locura, en la verdad de lo inexplicable, en el sentido común de las piedras, en la locura de las flores, en la enfermedad guardada para la humanidad por los astronautas del Apollo.

Creo en nada.

Creo en Max Ernst, Delvaux, Dalí, Tiziano, Goya, Leonardo, Vermeer, De Chirico, Magritte, Redon, Durero, Tanguy, Cheval, las Watts Towers, Boecklin, Francis Bacon, y todos los artistas invisibles que están en instituciones psiquiátricas del planeta.

Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en el absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética, en las intenciones asesinas de la lógica.

Creo en las mujeres adolescentes, en su corrupción por la propia postura de sus piernas, en la pureza de sus cuerpos desordenados, en los rastros de sus genitales dejados en baños de moteles gastados.

Creo en el vuelo, en la belleza del ala, y en la belleza de todo lo que alguna vez ha volado, en la piedra arrojada por el niño pequeño que lleva consigo la sabiduría de hombres de estado y parteras.

Creo en la amabilidad del escalpelo del cirujano, en la geometría sin límites de la pantalla de cine, en el universo oculto dentro de los supermercados, en la soledad del sol, en la cháchara de los planetas, en lo repetitivo de nosotros mismos, en la inexistencia del universo y el aburrimiento del átomo.

Creo en la luz que las grabadoras de video proyectan en las vidrieras de los negocios, en los conocimientos mesiánicos de los radiadores de los coches de showroom, en la elegancia de las manchas de aceite en los hangares de los 747 estacionados en aeropuertos.

Creo en la no existencia del pasado, en la muerte del futuro, en las infinitas posibilidades del presente.

Creo en la degeneración de los sentidos: en Rimbaud, William Burroughs, Huysmans, Genet, Celine, Swift, Defoe, Carroll, Coleridge, Kafka.

Creo en los diseñadores de las pirámides, del Empire State Building, del Fuehrerbunker de Berlín, en las pasarelas de Wake Island.

Creo en los olores corporales de Lady Di.

Creo en los próximos cinco minutos.

Creo en la historia de mis pies.

Creo en las migrañas, el aburrimiento de las tardes, el miedo a los calendarios, la traición de los relojes.

Creo en la ansiedad, la psicosis y la desesperación.

Creo en las perversiones, en el enamoramiento con los árboles, en las princesas, los primeros ministros, las estaciones de servicio abandonadas (más hermosas que el Taj Majal), las nubes y los pájaros.

Creo en la muerte de las emociones y el triunfo de la imaginación.

Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok, Dealey Plaza.

Creo en el alcoholismo, las enfermedades venéreas, la fiebre y la fatiga. Creo en el dolor. Creo en los chicos.

Creo en los mapas, los diagramas, los códigos, los juegos de ajedrez, los acertijos, la tabla de horarios de las aerolíneas, los indicadores de los aeropuertos. Creo en todas las excusas.

Creo en todas las razones.

Creo en todas las alucinaciones.

Creo en todas las furias.

Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones.

Creo en el misterio y la melancolía de una mano, en la amabilidad de los árboles, en la sabiduría de la luz.


 J. G. Ballard



3.14.2013

arena.

como agua



El alacrán se movía en el charco como pez recién salido del agua.

Mis cuencas eran cavernas donde grano a grano,

se levantaba para flotar

el anciano polvo de los sueños,

como una sombra enorme que atraviesa en un esperma

lo redondo del cielo,

la respuesta fue antes que la pregunta

y el gemido un eco encarnado en mi gesto y su fuga,

al tiempo que una transpiración de amante ya dormido,

me dormía,

y sólo un parpadeo era capaz de retener el perfume

de la piel de esa imagen, que llamé vida,

doliéndome en una herida cada vez más caliente.

Mudo, era yo la respuesta para cuál pregunta,

una puerta asombrada, abierta a todo el espacio

que pueda existir

y la memoria como el vuelo de un pájaro hacia el olvido,

recorriendo los pasillos veloces de luz y oscuridad,

hasta llegar a saber, ya sin memoria,

de dónde vienen esas voces, esos silbidos de tan todos los tiempos,

y cada vez parece que vienen de un sitio presentido,

que no será ni adentro ni afuera,

sino el lugar donde todas las posibilidades se realizan,

cada vez más crees que esto es la muerte

y por dentro el alma es una nube que truena y suelta toda su agua,

mientras que por fuera el pensamiento se convierte en esa agua que no regresa,

y débil absurda la pregunta… “qué cosa es un alacrán, qué cosa es un alacrán”.


Ricardo Castillo

2.04.2013

El retorno


Ésta es la calle donde
naciste. Ésta es la llave que se te cayó en la nieve,
y éste es el abrigo que te pusiste para ir a buscarla.
Éste es el cielo visto desde la ventanilla del avión, la mañana que te fuiste
del país. Éste es el lugar del que pensabas que jamás te irías.
Éste es el sándwich que comiste en la escalinata de una iglesia,
las migas que les diste a las palomas. Ésta es la funda de la almohada
que todavía tiene pelos tuyos. Esto es el verano.
Éste es el continente que cruzaste,
la carta que pusiste a lavar con la ropa por error,
el cuchillo con el que te cortaste picando una cebolla.
Ésta es la maravilla de poder reconocer a un amigo por su tos
en el cuarto de al lado. Esto, aunque estás durmiendo, es un ratón
debajo de las tablas de madera del piso, y ésta es la luz que las recubre,
y éstas son las sombras que salpican la columna vertebral
de alguien que está acostado boca abajo.
Esto es casi lo que querías decir.
Esto es alguien que toca una pieza de Brahms en el piso de abajo,
el vaso de agua que tiembla sobre el piano, el agua derramada.
Esto es enojo, ésta es una clase de manejo, un año de tu vida; la parada
del colectivo, la sábana, la ola de calor; éstos son los
fuegos artificiales que mirabas a lo lejos,
que en silencio brotaban como flores en los montes oscuros.
Ésta es la forma en que mirás a la gente en el tren
y después la extrañás. Ésta es la fe, como un nudo en la soga
que estás trepando, y éstos son tus dedos, ardidos y despellejados
alrededor de ella. Esto no es una excusa. Esto es el mar, adentro
de un caracol. Esto es el mar.
Esto es, según parece, a lo que hemos llegado.
Ésta sos vos, si decidís volver.
Ésta sos vos si nunca regresás.

Robin Myers
tomado de Zaidenwerg
"No es que no hayan existido mujeres filósofas. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, aunque ojalá después se hayan apropiado de sus ideas."
 Umberto Eco

1.31.2013

Me parece que esto es lo que busca la memoria:
no en sí la permanencia,
sino una relevancia
permanente.
fragmento de Exceso de Robin Myers 
tomado de Zaidenwerg

1.30.2013

el hombre que pinta vestido de traje

Estoy hablando del pintor y cineasta Belga Michaël Borremans, que sí, al parecer cuando pinta se pone traje. Hace poco leía que comenzó a pintar a la edad de 30 años, a partir de ahí ha construído con serios delirios barrocos esta sólida e inquietante obra. Hay mucho más que decir sobre su obra pero a quién quiero engañar, esto es sólo un blog, así que puedo decirlo: me abruma de tan bueno. Aquí lo dejo.


1.25.2013

mis queridos monstruos:
a veces olvido que nuestro pasado siempre será perfecto.
 "El hogar es un lugar en la mente. Cuando está vacío, vibra. Vibra con los recuerdos, rostros, lugares y épocas pasadas".
Maeve Brennan

1.24.2013

Sangre

Cuando llego a casa me suspendo, la cerradura es un insecto aguardando, una araña que se eleva sobre sus patas tejiendo una puerta. No sé si soy sangre cayendo o sangre elevando, pero soy roja, carmín, escarlata, un cuadro de Rothko, gelatina de fresa. Cada día soy mi cuerpo reventado. Llevo algunas horas de la ciudad grabadas como un video, todos los días cargo mi cuerpo de mundo, aunque a veces el mundo parezca cargarme. Salgo a la naturaleza, y mientras la miro, ella se mira en el reflejo de los escaparates. Tomo el camión, viene lleno, de un humor aplastante, durante el trayecto cada pasajero se refleja en mi cuerpo, después todos gravitamos con la mirada perdida en la calle, tratando de pescar un tubo para no caernos. Yo también me asomo a buscar mi reflejo en los otros, siempre soy una bolsa de sangre.

v

Hermosillo, Sonora, Mexico

algunos lugares

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