no se puede preveer o describir previamente la acción ni los actores. Todo comienza como una aventura desconocida en un lugar desconocido. Sólo en el momento de acabar, en una iluminación de la conciencia, se les reconoce la cantidad y la función previstas... El cuadro tiene que ser un milagro... una revelación, la satisfacción inesperada y sin precedentes de una necesidad desde siempre familiar... creo que el problema no es el de ser abstracto o figurativo. Lo que se tiene que hacer es poner fin a este silencio y a esta soledad, respirar y extender los brazos de nuevo.
Mark Rothko
(Guadalimar, núm 42, 1979, pag. 12)
(Guadalimar, núm 42, 1979, pag. 12)
2 comentarios:
buen viaje...
cuidaré de tus libros voladores.
un beso
gilda
volar
...
again?
abrazos
Publicar un comentario